
Día del Niño en Atlixco: un recuerdo que siempre vuelve con sonrisas
Atlixco, Puebla.– Cada 30 de abril, Atlixco se viste de alegría para recordar una de las fechas más entrañables del calendario: el Día del Niño. Porque, ¿a quién no le gustaría volver a ver la vida con la simpleza y a la vez, con la expectativa con la que la ve un niño pequeño? Joan Manuel Serrat dice “Cuando el canal era un río, cuando el estanque era el mar y navegar era jugar con el viento.” Porque, sin importar que los años pasen, los recuerdos de la infancia son los que más atesoraremos.
La infancia es eso que se nos va de las manos en un abrir y cerrar de ojos, y ver a los niños jugar nos evocan a aquellos años en donde las maravillas que la vida traía consigo eran tan simples como: ver el caminar de las hormigas, o descubrir los misterios que el armario de nuestros abuelos albergaba. Mientras que las preocupaciones eran: perder un juguete, regresar caminando de la escuela bajo el terrible sol de abril con tal de comprarse una botana, o que le dejaran mucha tarea.
Basta con caminar por las calles para ver cómo, generación tras generación, se mantiene vivo ese espíritu de celebración. Padres, abuelos y maestros rememoran las veces que llevaron a los pequeños a festivales, ya sean escolares o tradicionales, o el simple hecho de salir a pasear por el zócalo de la ciudad mientras se hacen burbujas o se come una paleta de hielo.
Hoy, más allá de los festejos, la fecha invita a reflexionar sobre el valor de la infancia, esa etapa breve y luminosa que forma las bases de quienes seremos. Porque, después de haber pasado esa etapa, desearemos volver, volver a estar tan exultantes de esa felicidad que sentimos cuando, con nuestra mochila llena de libros, nuestros uniformes desaliñados, y con nuestra sonrisa bien puesta, escuchamos la campana de la hora de salida por fin sonar.
Aunque no siempre haya grandes eventos, el verdadero regalo sigue siendo ese instante compartido, esa sonrisa espontánea, ese recuerdo que año con año vuelve y nos recuerda que todos, alguna vez, fuimos niños.