San Pedro Benito Juárez guarda sus tradiciones cada que llegan sus seres queridos del más allá
Cada día huele más a flor de cempasúchil, a incienso y chocolate recién hecho.
El olor de la hojaldra y el mercadito de los jarritos nuevos, una tradición llena de amor, recuerdos y sobretodo de fe.
San Pedro Benito Juárez, guarda en lo más íntimo de la comunidad una tradición que va de generación en generación y nunca muere a pesar de todas las adversidades.
Porque la fe es lo que mueve a cada uno de sus habitantes, que en estas fechas se preparan con el ayate y el copale para recibir a sus seres amados.
Ahora es el momento, de rezar y esperar el día 1 de noviembre para quitar una piedra, que se encuentra en el corazón de la comunidad, en la Iglesia de San Pedro Benito Juárez, es un pedacito de piedra, que no cubre solamente un hoyo, no es una abertura, no es que se haya hecho un cuento o mito.
Detrás de esta piedra existe el portal de los que ahora no están, de los que ahora regresan a cada una de sus familias para compartir, el mole, el atole y los tamales, como no los cuenta Doña Petra.
“Nosotros también festejamos las tradiciones de día de muertos con las que contamos en nuestra comunidad, de rezar para que destapen el portal y luego de hacerlo les hablamos a todos los que ya fallecieron esta costumbre la tenemos por nuestros antepasados que nos dejaron ese camino”
Esto no es cuento, esto la vida de los pobladores de San Pedro Benito Juárez, afirmó Doña Josefa originaria de San Pedro Cuaco
“Entonces por eso nosotros tenemos esa costumbre, porque nuestros padres es enseñanza que nos dieron ellos, nuestros abuelos, todas las gentes pasados que vienen.
Este camino ya viene desde cuando, no podemos perder esta costumbre, entonces lo tenemos que seguir la enseñanza que nos agrada nuestros papás y eso es lo que estamos haciendo ahora.”
Sólo y exclusivamente este día se tiene que abrir este portal, de lo contrario se desataría la muerte en todo el pueblo afirmó doña Sabina, quien también es mayordoma de la comunidad.
Sabina comenta que con todo y el ayate preparado previamente, se junta todo para ir al campo santo, donde todo se alista para que nuestros seres queridos del más allá se vayan bien cargados.
Después de estos dos días grandes, se prepara todo para visitar a los ahijados y a los compadritos, a repartir un poco de esta hermosa tradición en San Pedro Benito Juárez.